¿Te ha quedado la comida salada?
No te preocupes, no la tires, aquí van unos trucos:
1. Añade patata cruda
Para guisos, verduras o salsas, puedes añadir patata pelada y cortada en rodajas gruesas, cocer durante 10 minutos y retirar.
2. Agrega una pizca de azúcar
Puedes añadir un poco de azúcar con cuidado para no pasarte y dejar el plato demasiado dulce.
3. Pon un trozo de pan
Un trozo de pan cortado por la mitad, cocido durante unos minutos, absorbe la sal. La desventaja es que puede ser difícil sacarlo del guiso ya que puede deshacerse.
4. Añadir Maizena
Una cucharadita de maicena diluida en un poco de agua elimina el exceso de sal, pero ten en cuenta las cantidades, para evitar espesar demasiado el caldo.
5. Dobla las cantidades de agua
Añadir más agua al inicio de la cocción y cocinar hasta que el agua se evapore elimina el exceso de sal.
6. Reemplaza el líquido salado
En sopas o comidas líquidas, puedes eliminar parte del líquido y añadir agua, un poco de leche o caldo sin sal, según lo que vaya mejor para tu receta.
7. Añade un alimento ácido o dulce
Los sabores ácidos y dulces pueden ser una solución: jugos cítricos (de limón, vinagre o tomate); azúcar (como se indicó anteriormente), leche condensada o miel, que funcionan mejor si se combinan con un poco de vinagre de manzana.
8. Enjuaga los alimentos
Verduras y alimentos hervidos ligeramente, sobre todo en verduras cocidas, al vapor o asadas, puedes enjuagarlos en agua sin sal, mejorando con ello su sabor y textura.